Recientemente, escuché a un amigo hablar convincentemente sobre el poder del pensamiento positivo.
Y especialmente, del hecho de que, el tener pensamientos positivos, constructivos y amorosos era muy importante porque a él.
Le habían ayudado a enfrentar mejor los problemas que se le habían presentado en la vida.
En verdad, los pensamientos positivos no sólo son poderosos, sino también necesarios si queremos tener una vida plena y feliz.
¿Y por qué son tan importantes?
Porque es mucho mejor ser feliz, que tener una vida triste y negativa, que afecte nuestra existencia y perjudique lo que queremos lograr en la vida.
No obstante, hay personas que prefieren la certeza de su miseria, a la incertidumbre de su alegría potencial, y permanecen aferrados a su infelicidad.
Quiero compartir ahora lo que otro amigo dijo, con respecto a la importancia del pensamiento positivo:
Esta bien tener pensamientos positivos, pero a veces parece muy difícil mantenerlos
A menudo escuchamos a los gurús del pensamiento positivo decir:
No solo basta con pensar positivo, sino que hay que proceder y tomar acción
Porque nuestra realidad, los lugares y las personas que están a nuestro alrededor son atraídos por nuestro pensamiento positivo, pero sobre todo por nuestras acciones.
Realmente, para la mayoría de personas puede ser difícil mantener constantemente pensamientos positivos, pues los pensamientos cambian muy rápido.
Y puede que estos vayan por otro camino completamente diferente al que quisiéramos.
¿Por qué es esto?
Controlar nuestros pensamientos puede parecer como tratar de controlar un incendio forestal que se expande por todas partes y a medida que se humedece el fuego, éste va desapareciendo.
Pero, el problema para controlar los incendios forestales, es que todos tratan de atacar los síntomas y rara vez se ocupan de las causas del incendio.
Así pasa con nuestros pensamientos.
Creemos que podemos controlarlos pero en realidad, sólo nos encargamos de sus manifestaciones.
Aunque, las causas de por qué suceden algunas cosas, son mucho más profundas, más arraigadas y más potentes que cualquier pensamiento que podamos tener.
Esas causas profundas son nuestras creencias.
Las creencias son la base sobre la cual los pensamientos crecen:
Si el suelo es seco y si el clima es caliente, los incendios forestales serán inevitables.
En lugar de centrarnos en los incendios (los pensamientos), tenemos que centrarnos más en el suelo (las creencias).
Las creencias son de vital importancia para el bienestar humano y la felicidad.
Las creencias son las que le dan sentido al mundo.
El universo está lleno de conceptos y significados.
Pero todo lo que le da sentido a las cosas de la vida son nuestras creencias.
No siempre fue así
En la antigüedad al parecer no era así, pero en sólo doscientos años de evolución, ahora creemos que todo lo que llega a nuestra vida, no tiene sentido, sino que es accidental.
Y creemos que todo es relativo y que nada es real.
Esto tiene enormes implicaciones para nuestra felicidad, nuestra alegría y nuestra confianza.
Clark Pinnock lo expresó así:
El escepticismo en el conocimiento puede ser un buen juego para jugar, pero no hay manera que uno pueda vivir feliz sobre esta base
Y para ampliar este punto: David Hume, uno de los más grandes filósofos de la Ilustración, atacó al cristianismo con la creencia de que era fundamental hallar significado y propósito en cada oportunidad que se nos presenta, y esto sirvió de base para muchos.
En resumen, en un universo sin sentido, sin esperanza, no se puede tener la energía de las emociones sin la cual, el ser humano podría sumirse en la tristeza y la depresión.
Por lo tanto nuestra tarea, antes de empezar a controlar nuestros pensamientos, es hallar un sentido o un propósito por qué luchar en la vida.
Y luego, examinar nuestros pensamientos a fondo, para ver a dónde nos llevan.
Determinar qué sentimientos nos producen, y evaluar si éstos nos ayudan a tomar decisiones que tengan un impacto positivo en nuestras vidas.
Tenemos que llegar al fondo de nuestras creencias y entonces, sólo entonces, seremos capaces de controlar algunos de estos incendios forestales que están sucediendo en nuestras cabezas.
Tomar el control de nuestras vidas, lograr lo que nos proponemos y así llegar a ser felices.
Por James Sale
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