¿Ha pensado alguna vez que los deseos son un regalo del Universo?
Ellos tienen el propósito de inspirarle a liberarse, de impulsar su deseo de supervivencia y, explotar el poder y la libertad de quien es usted en realidad.
Yo le llamo a esto la: «Inteligencia del Deseo«.
¿No es verdad que cuando se siente atrapado, lo que más desea es liberarse?
Uno quisiera tener mucho más poder cuando siente que no está yendo a ninguna parte.
Es agotador ser reactivo ante las circunstancias no deseadas.
Evitar los problemas y evadir las personas difíciles, es como correr en círculos o pasarse la vida extinguiendo incendios.
El miedo le dirá que no tiene porqué ser una víctima si se enfrenta a los problemas con fuerza, o si tiene el control.
Pero la verdad, es que un sistema de creencias basado en el miedo lo mantendrá en guardia y alejado de lo que desea.
La ira le hará pensar que usted es poderoso, si lucha o si toma el control.
Y no hay mucha libertad ahí, ¿cierto?
Los deseos contienen la esencia de su Ser perfecto y libre, de su divina naturaleza.
La esencia de los deseos es el propio Universo llamando a su Ser Interior.
¿Alguna vez ha tenido un deseo que hace que se sienta mejor, de sólo pensarlo?
Preste atención a cómo se quisiera sentir si los sueños se hicieran realidad.
Y se dará cuenta que no es igual que lo que su personalidad de supervivencia y protección le hace sentir, en lo absoluto.
Hace un tiempo, quería desesperadamente atraer a mi vida a mi alma gemela.
A pesar de que había sufrido varias relaciones dolorosas y dos divorcios, mi deseo de tener un alma gemela, no paraba.
Yo quería sentirme segura, amada, acompañada y atendida.
Mi deseo me ayudó a sacarme de mi personalidad de supervivencia.
Me rondaba la idea de que tenía que estar alejada de los hombres, porque me iban a usar, a traicionar y a dejarme.
No podía confiar en ellos porque, inconscientemente, creía que el pasado se repetiría.
Una vez que dejé que la inteligencia de mi deseo me guiara, una transformación se llevó a cabo y las luces se encendieron.
Conocí a mi alma gemela, que se convirtió en mi marido unas semanas más tarde y eso fue hace 20 años!
Me convertí en la esencia de mi deseo.
Estaba alineada con mi origen y mi deseo.
Ese fue mi verdadero don.
Y puede ser suyo, también.
Su imaginación es ilimitada.
Junto con sus emociones más altas, hacen parte del reino del divino amor incondicional, de infinitas posibilidades, y del poder creativo.
Este reino de lo Divino es real y está dentro de usted siempre.
Somos muy afortunados de tener este poder creativo.
¡Descúbralo y úselo!
Por Judy K. Katz
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